jueves, noviembre 02, 2006

EL INCENDIO DE LA CASA EMBRUJADA

Diego Fernández hace mucho tiempo que no encontraba la fuente de inspiración para escribir sus historias de apariciones fantasmales. Estas le habían hecho ganar cierto renombre dentro del público lector de revistas enfocadas al género de terror. Lamentablemente la revista para la cual escribía sus relatos terminó de publicar y Diego dejó de lado la escritura. Pero una vez que quiso retomarla ante un ofrecimiento de la revista “Macabre zine” no logró encontrar las ideas que le permitieran escribir una buena historia de fantasmas.
Pasaba en vela las frías noches invernales, sentado frente a la maquina, fumando un cigarro tras otro, impotente ante la falta de ideas. Estaba de capa caída.

Ese martes 2 de agosto, una noche en que regresaba a casa, observó a través de los cristales empañados del autobús una vieja construcción; Se trataba de la mítica “Casa Embrujada”. La casa databa de 1915, hace años que estaba deshabitada y muchas historias se tejían en torno a ella.
Cuando el autobús se detuvo ante la luz roja de un semáforo, Diego tomó su bolso y se bajó sin estar muy seguro si hacía lo correcto. Caminó bajo la tenue lluvia hasta la casona y se detuvo ante la gran reja de oxidadas puntas.

- En el interior de este antiguo edificio tal vez encuentre la inspiración para escribir un buen relato – pensó diego, sin imaginar las nefastas consecuencias que su inesperada acción le acarrearía. Observó las calles, estas se encontraban desiertas y la densa neblina ocultaría sus movimientos. Intentó forzar la reja y al no obtener resultados cogió un tarro de basura, lo volteó se encaramó en él, subió sobre la reja y la traspasó tomando la precaución de no clavarse en las aceradas puntas. Luego caminó sigilosamente hasta llegar ante la puerta principal, un escalofrío recorrió su cuerpo y su corazón latió acelerado.
En un atisbo de racionalidad, hizo un ademán de devolverse, pero le seducía la idea de adentrarse en la lobreguez de aquella antigua residencia. La puerta se encontraba semi abierta y al cruzarla le invadió la sensación de estar penetrando en una dimensión en donde reinaba lo inexplicable. Ya no había vuelta atrás. A tientas logro coger un viejo candelabro, encendió sus velas que arrojaban una luz que apenas conseguía dispar la oscuridad del interior. El perfume del abandono evidenciaba la cantidad de años en que la casa había permanecido en la soledad más absoluta. El suelo de madera crujía ante cada paso dado por Diego que se encaminó hasta lo que en otros tiempos había sido el comedor de la casa. Recorrió la estancia con la mirada y tomó asiento en una desvencijada silla, extrajo de su bolso un lápiz, un cuaderno y a la luz del candelabro comenzó a escribir afanosamente, como si su mano fuera guiada por una misteriosa fuerza, dando la impresión de realizar la escritura a su propia voluntad.
Ni el puntilloso andar de los ratones en el entretecho logró distraerlo de su labor. Horas más tarde diego terminaba de escribir su relato.
De pronto unas risas provenientes del salón lo alarmaron, se levantó súbitamente y preguntó no sin temor - ¿Quién vive? - No obtuvo respuesta. Las risas continuaron, pero no eran solo risas sino que también música. Diego, aterrado, caminó lentamente en la oscuridad hasta llegar al salón, sin atreverse a abrir la puerta. Con mano temblorosa y reuniendo el valor necesario finalmente la abrió y lo que pudo ver luego de que sus ojos se acostumbraran a la penumbra lo dejó perplejo. Espectrales figuras enmascaradas, y ataviadas con ropajes antiguos, danzaban a las notas de un melodioso vals. De pronto la música dejó de sonar. Ellos a un tiempo se despojaron de sus caretas dejando al descubierto unos cadavéricos e inexpresivos rostros que observaron fijamente a Diego. La fantasmal visión lo dejó estupefacto y una desconocida clase de horror se apoderó de su alma.
Pasmado y desprovisto del poco valor que le quedaba, Diego intentó huir, botando a su paso uno de los candelabros, este cayó al piso y de forma instantánea surgieron infernales lenguas de fuego que lo abrazaron todo a su paso.
Corrió aterrorizado hasta la puerta principal, tratando en vano de abrirla, mientras las llamas lo consumían todo en forma voraz.
Eran cerca de las 4 y media de la mañana y los vecinos de los alrededores en ropas de dormir y pantuflas se asomaron a la calle para contemplar como finalmente la vieja casona quedaba totalmente destruida.

El incendio de la Casa Embrujada causó gran expectación en la prensa, conmoción en la opinión pública y dio pie para todo tipo de especulaciones. Dicen que Diego Fernández no logró salvar de aquel incendio pero, su cuerpo jamás fue encontrado. Sin embargo su manuscrito logró sobrevivir a las llamas. El mito urbano señala que en sus párrafos puede leerse el más abominable cuento de horror. El manuscrito se halla en poder de una persona anónima que no desea revelar su contenido.

FIN
C.B.G.

(N. del A: Este cuento está inspirado en los hechos acontecidos el martes 2 de agosto de 2005 en la comuna de Ñuñoa, Santiago de Chile)
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Martes 2 de agosto de 2005
A escombros y cenizas quedó reducida la casona que, por años, permaneció abandonada en la esquina de la avenida Matta Oriente y calle San Eugenio, en la comuna de Ñuñoa, y que el mes pasado fue rematada, luego de que en la madrugada se desatara un incendio cuyas causas son motivo de investigación.
El siniestro, cuya alarma se registró cerca de las 3:30 de la mañana, obligó el trabajo de más de un centenar de voluntarios de bomberos de una decena de compañías del sector cuyos peritajes descartan en primera instancia un desperfecto eléctrico como causa del incendio lo que permite a la Fiscalía local estimar la responsabilidad de terceros.
En efecto, el fiscal adjunto de las comunas de Ñuñoa, Providencia y La Reina, Carlos Gajardo, dijo a radio Cooperativa que "la información que tenemos es que podría tratarse de un incendio intencional, todo vez que como es de conocimiento público esta es una casa abandonada y la principal causas de incendio que pueden ser los cortocircuitos en este caso está descartada".
Gajarado precisó que la construcción fue rematada recientemente aunque "está todavía en ese período de transición de venta" por lo que se "encontraba al cuidado de un nochero y de acuerdo a la información que este nos proporcionó no habría durante la noche más personas".
El mayor de la 33ra Comisaría de Carabineros, Edgardo Osses, agregó a Canal 13, que un rondín del lugar dio la alarma sobre el siniestro, señalando “como primera información, no confirmada hasta el momento, ya que bomberos debe hacer su informe, que el incendio se habría iniciado al interior de la torre, en el segundo piso”.
El oficial confirmó que los anteriores dueños del inmueble se habían contactado con la institución para denunciar la presencia de individuos que pernoctaban al interior de la casona.
La denominación de "casa embrujada" de la añosa vivienda destruida, cuya construcción data de primera mitad del siglo pasado, surge a raíz de rumores generados por vecinos en cuanto a que en la noche, pese a estar deshabitada, en su interior se escuchaban voces y ruidos, incluso de cadenas arrastrándose.

(Fotos reales del siniestro)

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Interesante, buen relato. Saludos de
Lector anónimo

9:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

se funó mi comentario anterior. Buen relato, interesante.
Salduos,
Lector anónimo

9:22 a. m.  
Blogger Grito de Espanto said...

Gracias por el comentario.
Saludos.

11:48 p. m.  

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