miércoles, octubre 04, 2006

LA VISITA

Cuando el ferrocarril inició el largo viaje que llevaría a Isabela fuera de la ciudad, una incipiente lluvia se dejó caer sobre la solitaria estación de trenes del pueblo. Isabela, la única fémina de nuestra pandilla afirmaba, medio en broma, medio en serio ser bruja y que el propósito de su viaje era participar en un aquelarre.

Desde el andén agitábamos nuestras manos en señal de despedida y ella a través de la ventanilla, despejándose la negrísima cabellera de la frente y levantando el índice manifestó con una enigmática sonrisa:
- Volveré a visitarles –
Tiempo después, nos encontrábamos en mi casa, bebiendo y jugando a las cartas cuando un colosal y horrible pájaro negro posó sus garras en el marco de la ventana que mantenía semi abierta a fin de dejar escapar el humo que expelían nuestros cigarrillos.
Luego de salir del asombro que nos produjo la presencia de la descomunal ave, fui en busca de una escoba y a escobazos logré que emprendiera el vuelo.
No pasaron tres días hasta que el gigantesco pájaro entró repentinamente por la puerta de mi casa, cuando la abrí para que entraran los muchachos. Nuevamente cogí la escoba pero instintivamente el horrible pájaro remontó el vuelo dejando caer algunas negras plumas.
Un día en que precisamente hablábamos sobre Isabela ella apareció. Llevaba casi una semana de vuelta en la ciudad.

¿Como está la caterva de ingratos? – preguntó enojadísima
- Isabela, tanto tiempo sin verte, pero ¿qué ha ocurrido que estás tan molesta?
- ¿Como no voy a estar molesta? Resulta que vengo a visitarlos y me corren a escobazos los muy cabrones.
FIN
Carlos B.G.

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1 Comments:

Blogger Labrisomus said...

Felicitaciones, excelente narración, precisa, sin rebuscamientos, ágil y maneja bien lo inesperado, buen uso del lenguaje... siga con sus narraciones breves, no está demás acudir a Tito Monterroso, y entre nuestros escritores a Walter Garib, las lecturas ayudan

6:35 a. m.  

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